La NOM-035 y su importancia para la cultura laboral mexicana

El trabajo es una actividad que los seres humanos realizamos principalmente como medio de subsistencia, es decir, lo hacemos con la finalidad de recibir una retribución económica con la cual cubrir nuestras necesidades básicas como alimentación, salud y vivienda. A través de la historia, la relación que la humanidad ha tenido con respecto al trabajo ha ido evolucionando conforme se presentan los avances tecnológicos y se enriquece nuestro conocimiento del mundo que nos rodea. En la actualidad, las personas buscan que su trabajo se integre en armonía con el resto de las diferentes esferas de la vida, por lo que buscan que los empleadores les proporcionen el entorno y las herramientas para crecer no solo profesionalmente sino también a nivel personal o de desarrollo humano.

Una nueva cultura laboral
Por lo anterior, especialistas en recursos humanos y gestión del talento, han propuesto nuevos paradigmas que hagan a las organizaciones conscientes de la importancia que tiene vivir una cultura organizacional favorable y han recomendado poner en práctica acciones orientadas a fomentar el bienestar de los colaboradores.

Estos planteamientos se abordan en un plan de desarrollo en el que participan los países miembros de la ONU denominado Objetivos de Desarrollo Sostenible; esta estrategia se originó en el año 2015 y fue recopilada en la Agenda 2030 junto con otros 16 objetivos en distintos ámbitos tales como el económico, social y ambiental. La idea es que para el 2030 se hayan alcanzado dichos objetivos y con ello un mejor nivel de vida a nivel global. El objetivo número ocho del plan de desarrollo se denomina “Trabajo decente y crecimiento económico” y entre sus principales objetivos se encuentran promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos.

¿Qué significa “trabajo decente o digno”?
Se trata de un concepto introducido por la Organización Internacional del Trabajo que se refiere a aquellas actividades laborales que se realizan con respeto a los principios y derechos laborales fundamentales, con retribución justa y proporcional al esfuerzo realizado, al que se accede sin ningún tipo de discriminación y bajo protección social. En nuestro país, este término también está contemplado en la Ley Federal del Trabajo, legislación que, a su vez, tiene su fundamento en la Constitución. 

En este contexto, y como parte de las acciones emprendidas en México en pro de los objetivos de la Agenda 2030, en el 2018 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Norma Oficial Mexicana 035: Factores de riesgo psicosocial en el trabajo, Identificación, análisis y prevención cuya finalidad es abordar las problemáticas que se presentan en el ámbito psicológico y social de los trabajadores para asegurar que se desempeñen en un entorno de trabajo digno.

Los riesgos psicosociales
El término psicosocial se refiere a dos áreas de las personas, una de ellas es la psicológica, la cual incluye aspectos individuales de cada ser humano, por ejemplo, los valores, la personalidad, las creencias y las perspectivas; mientras que el área social, hace referencia a las interacciones entre las personas que se viven cotidianamente en los centros de trabajo. Estas áreas se ven afectadas por las características bajo las cuales se realiza el trabajo, influyendo positivamente cuando dichas características son favorables o negativamente si las condiciones son adversas. Así pues, los riesgos psicosociales en el trabajo son aquellas condiciones que impactan de manera negativa las áreas personales y sociales de los trabajadores.

El objetivo de la NOM-035 comprende dos aspectos: identificar y analizar los factores que inciden negativamente en los ámbitos psicosociales de los trabajadores, es decir, factores de riesgo, y a su vez, recomendar medidas de prevención para promover entornos organizacionales favorables. 

Dentro de los factores de riesgo que incluye la norma se encuentran los siguientes:

• Las condiciones en el ambiente de trabajo, refiriéndose a las características físicas del lugar de trabajo que exigen un esfuerzo adicional del trabajador para adaptarse.
• Las cargas de trabajo, es decir, las exigencias del trabajo que superan las capacidades de la persona que las realiza, por ejemplo: cuantitativamente, cognitivamente, emocionalmente, de responsabilidad, etcétera.
• La falta de control sobre el trabajo, que se entiende como la imposibilidad de influir y decidir sobre la realización de las propias actividades, siendo esta falta de iniciativa, autonomía y uso de habilidades un riesgo psicosocial.
• Las jornadas de trabajo extensas y rotación de turnos frecuente o sin descansos periódicos claramente establecidos.
• Interferencia en la relación trabajo-familia, cuando se deben atender responsabilidades del trabajo durante el tiempo dedicado a la vida familiar o personal.
• Liderazgo y relaciones laborales negativas.
• Violencia laboral: Acoso laboral, psicológico, hostigamiento laboral y malos tratos.

Por otra parte, en lo que se refiere a los criterios que la norma señala para considerar un entorno de trabajo como favorable, se encuentran los siguientes:

• Existe sentido de pertenencia de los trabajadores a la empresa.
• Existe un programa de formación para la adecuada realización de las tareas.
• Las responsabilidades de los trabajadores están definidas con precisión.
• Existe participación proactiva y comunicación entre el patrón, sus representantes y los trabajadores.
• Las cargas de trabajo se distribuyen adecuadamente con jornadas laborales regulares.
• Existe una evaluación y reconocimiento del desempeño.

Así mismo, la norma incluye obligaciones que tanto empleadores como trabajadores deben observar para favorecer la construcción de centros de trabajo que cumplan con los criterios que señalamos anteriormente y que representan una forma de garantizar el trabajo digno.